7 Facts and Myths about incontinence

7 hechos y mitos sobre la incontinencia

Según estudios realizados, entre el 25 % y el 45 % de las personas padecerán enuresis, también conocida como incontinencia urinaria, a lo largo de su vida. Esto se debe a diferentes factores, como el país y la edad.

1. ¿La incontinencia afecta más a las mujeres?

Dato. Según la Sociedad Portuguesa de Urología y la Asociación Portuguesa de Neurología y Uroginecología, afecta al 33% de las mujeres y al 16% de los hombres.

Las mujeres se ven más afectadas por diversas razones, ya sea porque su canal uretral es más corto, durante el embarazo, cuando la vejiga está bajo presión, o durante el parto, cuando puede producirse daño muscular. La disminución de estrógenos durante la menopausia puede alterar los tejidos y músculos del suelo pélvico.

2. ¿La incontinencia urinaria afecta sólo a personas mayores?

Mito: Aunque el riesgo aumenta con la edad, cualquier persona puede experimentar síntomas de enuresis.

Aunque es más común en personas mayores debido al debilitamiento de los músculos del suelo pélvico, los cambios hormonales y la mayor incidencia de afecciones médicas, las pérdidas de orina también pueden afectar a mujeres embarazadas, incluso después del parto, y a personas con afecciones subyacentes como enfermedades neurológicas u obesidad. Existen diferentes tipos de incontinencia, con diferentes causas, independientemente de la edad.

3. ¿Es normal perder orina de vez en cuando?

Mito: La pérdida involuntaria de orina después de los 5 años debe considerarse un problema médico, que en la mayoría de los casos tiene solución.

La pérdida involuntaria de orina es uno de los primeros síntomas que se manifiestan, tras lo cual debemos buscar ayuda. Si bien el problema no perjudica la integridad física, sí causa vergüenza y, en algunos casos, atrapamiento.

4. ¿Pueden las infecciones urinarias causar incontinencia urinaria?

Realidad. Las infecciones repetidas pueden causar incontinencia al hacer que la vejiga se vuelva sensible.

La infección se produce cuando las bacterias entran en las vías urinarias y causan una infección en la vejiga, la uretra o los riñones, lo que puede provocar aumento de la frecuencia, dolor y urgencia urinaria. En algunos casos, las infecciones pueden causar irritación e inflamación de la vejiga, lo que afecta su función y provoca incontinencia urinaria temporal, que mejora tras el tratamiento.

5. ¿La incontinencia urinaria tiene cura?

Mito: Actualmente existen diversos tratamientos, desde medicamentos hasta técnicas de rehabilitación quirúrgica.

La enuresis tiene tratamiento y, en muchos casos, es posible lograr una mejora significativa o incluso la curación completa. El éxito del tratamiento depende, en última instancia, de varios factores, como la causa, la gravedad de los síntomas y la adherencia al tratamiento. Existen diversos tratamientos, y un profesional debe evaluarlos para determinar el más adecuado para cada caso.

6. ¿No es posible tratar la incontinencia urinaria en edades avanzadas?

Mito: La edad no es una contraindicación para el tratamiento. En este grupo de edad, la incontinencia suele ser multifactorial, por lo que el abordaje también debería serlo.

El tratamiento de las pérdidas involuntarias de orina en la edad avanzada generalmente implica enfoques similares a los utilizados en otras edades. Sin embargo, es necesario tener en cuenta las necesidades individuales, las afecciones médicas coexistentes y la capacidad funcional del paciente al desarrollar un plan de tratamiento.

7. ¿Debo reducir el consumo de café y alcohol si tengo incontinencia urinaria?

Realidad. Hay bebidas y alimentos que afectan las vejigas más sensibles, reforzando la sensación de urgencia urinaria.

Tanto el café como el alcohol tienen efectos diuréticos, lo que significa que aumentan la producción de orina y también pueden aumentar la frecuencia. El café contiene cafeína, que puede irritar la vejiga y causar mayor urgencia urinaria, mientras que el alcohol puede interferir con la función normal de la vejiga y las señales nerviosas que controlan la micción.